Unos científicos han conseguido elaborar una molécula que puede hacer
que las células cancerosas se autodestruyan, al inducirles la
apoptosis, o muerte celular programada, a partir de la introducción de
ciertos iones en su interior.
Las moléculas como la elaborada son bombas sintéticas de iones, y
confirman una hipótesis de hace dos décadas según la cual podrían ser el
camino hacia el desarrollo de nuevos fármacos anticáncer, beneficiando
además a los pacientes de fibrosis quística.
Se habían creado antes bombas sintéticas de iones, pero esta es la
primera vez que unos investigadores las han mostrado trabajando en un
sistema biológico real, donde los iones transportados son capaces, como
se ha comprobado, de hacer autodestruirse a ciertas células.
El logro es obra de expertos de la Universidad de Texas en la ciudad estadounidense de Austin, y otras cinco instituciones.
Las células en el cuerpo humano trabajan duro para mantener una
concentración estable de iones dentro de sus membranas celulares. La
alteración de este delicado equilibrio puede desencadenar que las
células activen la apoptosis (muerte celular programada), un mecanismo
que utiliza el cuerpo para librarse de células dañadas o peligrosas.
Una forma de destruir células cancerosas sería activar esta secuencia
de autodestrucción innata, mediante la estrategia de alterar el
equilibrio iónico en dichas células. Desafortunadamente, cuando una
célula se convierte en cancerosa, cambia la forma en que transporta los
iones a través de su membrana celular de un modo que bloquea la
apoptosis.
Hace casi dos décadas, se descubrió una sustancia natural llamada
prodigiosina, que actuaba como bomba natural de iones y tenía un efecto
anticancerígeno.
Desde entonces, muchos químicos han soñado con encontrar bombas
sintéticas que pudieran hacer exactamente el mismo trabajo pero sin
verse obstaculizadas, y que también sirvieran para tratar enfermedades
como la fibrosis quística, donde los canales de cloruro no funcionan.
El equipo de Jonathan Sessler lo ha conseguido ahora, al crear una
bomba sintética de iones que se enlaza a los iones de cloruro. La nueva
técnica permite una potencial acción terapéutica, al promover la muerte
celular, según se ha comprobado en células humanas de cáncer cultivadas
en el laboratorio.
El próximo paso para los investigadores será probar en animales las bombas sintéticas de iones.
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