El Big Bang o Gran Estallido que, según se cree, fue lo que dio
origen al universo, plantea una pregunta crucial: Si fue efectivamente
una explosión colosal lo que creó nuestro universo hace 13.700 millones
de años, ¿qué provocó esa explosión y qué había antes?
Nuestro universo pudo surgir a partir de la formación de un agujero
negro en un universo con más dimensiones que el nuestro, según las
sorprendentes conclusiones de una nueva investigación. Lo que percibimos
como el Big Bang, podría ser el “espejismo” tridimensional de una
estrella derrumbándose sobre sí misma en un universo profundamente
distinto al nuestro.
Así lo cree el equipo de Niayesh Afshordi, Robert Mann, y Razieh
Pourhasan, del Instituto Perimeter de Física Teórica en Canadá. Esos
científicos tienen una nueva idea de lo que pudo haber antes del Big
Bang. Es un tanto sorprendente, pero está basado en matemáticas sólidas,
según afirman.
La interpretación convencional mantiene que el Big Bang se inició con
una singularidad, un fenómeno insondablemente caliente y denso del
espacio-tiempo donde las leyes estándar de la física se rompen. Las
singularidades son extrañas, y el conocimiento científico sobre ellas es
muy limitado.
Los autores del nuevo estudio plantean que quizá nuestro universo
podría ser la “envoltura” tridimensional alrededor de un horizonte de
sucesos de un agujero negro de cuatro dimensiones espaciales. En este
escenario, nuestro universo se creó de manera explosiva cuando una
estrella en un universo con esas cuatro dimensiones espaciales se
derrumbó sobre sí misma convirtiéndose en un agujero negro.
En nuestro universo tridimensional, los agujeros negros tienen un
horizonte de sucesos que solo posee dos dimensiones espaciales, es
decir, están rodeados por un límite bidimensional que marca el “punto de
no retorno”, el umbral a partir del cual ya no es posible escapar del
agujero negro y regresar al universo normal. En el caso del universo de
cuatro dimensiones espaciales, un agujero negro tendría un horizonte de
sucesos tridimensional.
En el escenario que proponen los autores del nuevo estudio, nuestro
universo nunca estuvo dentro de la singularidad; en vez de eso, se formó
como la citada envoltura de un horizonte de sucesos, protegido de la
singularidad.
Los investigadores argumentan que esta idea, aunque pueda parecer
extravagante o incluso absurda, está afianzada en las mejores
matemáticas modernas que describen el espacio y el tiempo. Su nuevo
modelo de la creación del universo parece resolver incongruencias y
enigmas cosmológicos que hace mucho tiempo que duran, y, lo más
importante, produce predicciones que se podrán poner a prueba en
experimentos.
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