La observación de un fenómeno es en general, incompleta a
menos que dé lugar a una información cuantitativa. Para obtener dicha
información, se requiere la medición de una propiedad física. Así, la
medición
constituye una buena parte de la rutina diaria del físico experimental.
La medición es
la técnica por medio de la cual asignamos un número a una propiedad física, como
resultado de una comparación de dicha propiedad con otra similar tomada como patrón, la
cual se ha adoptado como unidad.
Supongamos una habitación cuyo suelo está cubierto de baldosas, tal como se ve en la
figura, tomando una baldosa como unidad, y contando el número de baldosas medimos la
superficie de la habitación, 30 baldosas. En la figura inferior, la medida de
la misma superficie da una cantidad diferente 15 baldosas.
La medida de una misma magnitud física (una superficie) da lugar a dos cantidades
distintas debido a que se han empleado distintas unidades de medida.
Este ejemplo, nos pone de manifiesto la necesidad de establecer una
única unidad de medida para una magnitud dada, de modo que la
información sea comprendida por todas las personas.
En el artículo único del REAL DECRETO 1317/1989, de 27 de octubre de 1989
por el que se establecen las Unidades Legales de Medida, publicado el 3 de
noviembre, se dice que
1.-El Sistema legal de Unidades de Medida obligatorio en España es el
sistema métrico decimal de siete unidades básicas, denominado Sistema
Internacional de Unidades (SI), adoptado en la Conferencia General de Pesas
y Medidas y vigente en la Comunidad Económica Europea.
En la tabla siguiente, se recogen las distintas normativas publicadas en
el Boletín Oficial del Estado (BOE)
BOE nº 269 de 10 de noviembre de 1967 | Ley 88/1967, de 8 de noviembre, declarando de uso legal en España el denominado Sistema Internacional de Unidades (SI) |
BOE nº 110 se 8 de mayo de 1974 | Decreto 1257/1974 de 25 de abril, sobre modificaciones del Sistema Internacional de Unidades, denominado SI, vigente en España por Ley 88/1967, de 8 de noviembre. |
BOE nº 264 de 3 de noviembre de 1989 | Real Decreto 1317/1989, de 27 de octubre, por el que se establecen las Unidades Legales de Medida |
BOE nº 21 de 24 de enero de 1990 | Corrección de errores del Real Decreto 1317/1989, de 27 de octubre, por el que se establecen las Unidades Legales de Medida |
BOE nº 289 de 3 de diciembre de 1997 | Real Decreto 1737/1997, de 20 de noviembre, por el que se modifica Real Decreto 1317/1989, de 27 de octubre, por el que se establecen las Unidades Legales de Medida |
Antecedentes. El Sistema Métrico Decimal
Este sistema de medidas se estableció en Francia con el fin de solventar
los dos grandes inconvenientes que presentaban las antiguas medidas:
- Unidades con el mismo nombre variaban de una provincia a otra
- Las subdivisiones de las diferentes medidas no eran decimales, lo cual representaba grandes complicaciones para el cálculo.
Se trataba de crear un sistema simple y único de medidas que pudiese
reproducirse con exactitud en cualquier momento y en cualquier lugar, con
medios disponibles para cualquier persona.
En 1795 se instituyó en Francia el Sistema Métrico Decimal. En España fue
declarado obligatorio en 1849.
El Sistema Métrico se basa en la unidad "el metro" con múltiplos y
submúltiplos decimales. Del metro se deriva el metro cuadrado, el metro
cúbico, y el kilogramo que era la masa de un decímetro cúbico de agua.
En aquella época la astronomía y la geodesia eran ciencias que habían
adquirido un notable desarrollo. Se habían realizado mediciones de la
longitud del arco del meridiano terrestre en varios lugares de la Tierra.
Finalmente, la definición de metro fue elegida como la diezmillonésima parte
de la longitud de un cuarto del meridiano terrestre. Sabiendo que el radio
de la Tierra es 6.37·106 m
Como la longitud del meridiano no era práctica para el uso diario. Se
fabricó una barra de platino, que representaba la nueva unidad de medida, y
se puso bajo la custodia de los Archives de France, junto a la unidad
representativa del kilogramo, también fabricado en platino. Copias de del
metro y del kilogramo se distribuyeron por muchos países que adoptaron el
Sistema Métrico.
La definición de metro en términos de una pieza única de metal no era
satisfactoria, ya que su estabilidad no podía garantizase a lo largo de los
años, por mucho cuidado que se tuviese en su conservación.
A finales del siglo XIX se produjo un notable avance en la identificación
de las líneas espectrales de los átomos. A. A. Michelson utilizó su famoso
interferómetro para comparar la longitud de onda de la línea roja del cadmio
con el metro. Esta línea se usó para definir la unidad denominada angstrom.
En 1960, la XI Conférence Générale des Poids et Mesures abolió la antigua
definición de metro y la reemplazó por la siguiente:
El metro es la longitud igual a 1 650 763.73 longitudes de onda en
el vacío de la radiación correspondiente a la transición entre los niveles
2p10 y 2d5 del átomo de kriptón 86.
Este largo número se eligió de modo que el nuevo metro tuviese la misma
longitud que el antiguo.
La velocidad de la luz en el vacío c es una constante muy
importante en física, y que se ha medido desde hace mucho tiempo de forma
directa, por distintos procedimientos. Midiendo la frecuencia f y la
longitud de onda λ de alguna
radiación de alta frecuencia y utilizando la relación c=λ·f se determina la velocidad de
la luz c de forma indirecta con mucha exactitud.
El valor obtenido en 1972, midiendo la
frecuencia y la longitud de onda de una radiación infrarroja, fue c=299
792 458 m/s con un error de ±1.2 m/s, es decir, cuatro partes en 109.
La XVII Conférence Générale des Poids et Mesures del 20 de Octubre de
1983, abolió la antigua definición de metro y promulgó la nueva:
El metro es la longitud de trayecto recorrido en el
vacío por la luz durante un tiempo de 1/299 792 458 de segundo.
La nueva definición de metro en vez de estar basada en un único objeto
(la barra de platino) o en una única fuente de luz, está abierta a cualquier
otra radiación cuya frecuencia sea conocida con suficiente exactitud.
La velocidad de la luz queda convencionalmente fijada y exactamente igual
a 299 792 458 m/s debida a la definición convencional del término m (el
metro) en su expresión.
Otra cuestión que suscita la nueva definición de metro, es la siguiente:
¿no sería más lógico definir 1/299 792 458
veces la velocidad de la luz como unidad básica de la velocidad y considerar
el metro como unidad derivada?. Sin embargo, la elección de las magnitudes
básicas es una cuestión de conveniencia y de simplicidad en la definición de
las magnitudes derivadas.
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