Algunos especialistas en física de partículas piensan que puede existir
una quinta fuerza de la naturaleza, aunque nunca ha sido detectada. Esta
quinta fuerza se sumaría a la gravedad, las fuerzas nucleares fuerte y
débil y el electromagnetismo.
A esta hipotética quinta fuerza se la describe como interacción espín-espín de largo alcance. En teoría, la quinta fuerza dependería de que los elementos constituyentes de los átomos (electrones, protones y neutrones), separados por distancias enormes, "perciban" la presencia unos de otros.
Si existe, esta nueva y exótica fuerza conectaría a la materia en la superficie terrestre con la materia a cientos o incluso miles de kilómetros de profundidad dentro del manto de la Tierra, y podría proporcionar nuevos datos sobre la composición y las características del interior de la Tierra, del cual se sabe poco debido a su inaccesibilidad.
Los investigadores, del Amherst College en Massachusetts y la Universidad de Texas en Austin, y financiados por la Fundación Nacional de Ciencia (NSF), en Estados Unidos todas estas instituciones, han ideado y descrito una nueva técnica basada en esa cualidad de la hipotética quinta fuerza.
A esta hipotética quinta fuerza se la describe como interacción espín-espín de largo alcance. En teoría, la quinta fuerza dependería de que los elementos constituyentes de los átomos (electrones, protones y neutrones), separados por distancias enormes, "perciban" la presencia unos de otros.
Si existe, esta nueva y exótica fuerza conectaría a la materia en la superficie terrestre con la materia a cientos o incluso miles de kilómetros de profundidad dentro del manto de la Tierra, y podría proporcionar nuevos datos sobre la composición y las características del interior de la Tierra, del cual se sabe poco debido a su inaccesibilidad.
Los investigadores, del Amherst College en Massachusetts y la Universidad de Texas en Austin, y financiados por la Fundación Nacional de Ciencia (NSF), en Estados Unidos todas estas instituciones, han ideado y descrito una nueva técnica basada en esa cualidad de la hipotética quinta fuerza.
La interacción espín-espín de largo
alcance, representada por líneas azules onduladas. Un detector sensible a
espines, ubicado sobre la superficie de la Tierra, interactúa con
geoelectrones, representados como puntos rojos, en el manto de la
Tierra. Las flechas sobre los geoelectrones indican las orientaciones de
sus espines, opuestas a las de las líneas del campo magnético de la
Tierra, que aparecen aquí como arcos blancos. (Imagen: Marc Airhart,
Universidad de Texas en Austin, y Steve Jacobsen, Universidad del
Noroeste)
Si esta fuerza es detectada y se la logra conocer lo suficiente, la aplicación de la nueva técnica ideada por el equipo de Jung-Fu "Afu" Lin, de la Universidad de Texas en Austin, podría permitir escrutar el interior de la Tierra con un nivel de detalle superior al de cualquier otra observación realizada hasta ahora.
El resultado de poder escudriñar las profundidades de la Tierra de este modo sería obtener datos nuevos y reveladores sobre la composición y otras características de las regiones más profundas de nuestro planeta.
Si esta fuerza es detectada y se la logra conocer lo suficiente, la aplicación de la nueva técnica ideada por el equipo de Jung-Fu "Afu" Lin, de la Universidad de Texas en Austin, podría permitir escrutar el interior de la Tierra con un nivel de detalle superior al de cualquier otra observación realizada hasta ahora.
El resultado de poder escudriñar las profundidades de la Tierra de este modo sería obtener datos nuevos y reveladores sobre la composición y otras características de las regiones más profundas de nuestro planeta.
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